Tratar de mostrar la historia del rock en Latinoamérica en solo seis capítulos de casi una hora cada uno es ya de por sí una tarea imposible. Colocarle “América latina” y enfocar la historia mayormente entre México y Argentina y obviar la mayoría de países en la región es una aberración y un insulto a los músicos del género, de hecho, una plaza tan importante como Brasil ni se nombra. Presentar en su mayoría, a bandas, artistas y amigos de uno de los productores del documental es tener una visión solo de él, de la música que se hace en esta parte del mundo. Casi ignorar subgéneros como el ska, el punk y el metal, que son muy pocos nombrados es algo que hay que tener en cuenta. De eso es lo que se trata en esta miniserie, la perspectiva de Santaolalla de como el rock se gestó en esta parte del continente.
“Rompan todo” es un documental estrenado en la plataforma Netflix en la quincena de diciembre del 2020, creada por Nicolás Entel, dirigida por Picky Talarico y entre sus productores esta Gustavo Santaolalla, un veterano músico y productor argentino, ganador de oscars y grammys y todo lo demás. Dicho documental relata la historia del rock en los países hispano hablante, sobre todo en aquellos donde el género es un fenómeno de masas: México y Argentina, pero con una mirada más hacía el mainstream, entrelazando los movimientos culturales y políticos de los países nombrados. Durante seis horas se va relatando los comienzos del rock en Latinoamérica desde finales de los 50s hasta la actualidad. La miniserie está muy bien producida y tiene una excelente dirección y montaje. Eso no lo pongo en duda. Pero debieron de colocarle otro título, tal vez: “Rompan todo: una visión del rock según Santaolalla” para tener claro de que viene el asunto y no con el remoquete: “La historia del rock en América Latina” ya que en realidad no abarca ese contexto.
No mencionar a bandas tan importantes como: Sepultura, Ratos De Porâo, Paralamas, Legiâo Urbana, Todos Tus Muertos, La Renga, Ataque 77, 2 minutos, Hermética, V8, Rata Blanca, Riff, Kraken, Los Bunkers, La Torre, Los Ex, Jaguares, Natalia Lafourcade, Desorden Público, Sentimiento Muerto, Zapato 3, Arkangel, Dermis Tatú, por solo mencionar algunas, es entrecortar toda una historia. No hablar del impacto de Héroes del Silencio, de Barón Rojo, de la Polla Records, de Mano Negra, bandas más influyentes que las mencionadas, es estar en un bote en mar abierto. No hablar del festival Rock n´Rio es quedarse en el aparato cuando se pretende hablar de rock en el continente. ¿Que no había muchas chicas en el rock? Las ignoraron, ¿que era entonces Patricia Sosa la vocalista de La Torre? ¿Qué decir de Natalia y Ely Guerra? Celeste Carballo solo sale un instante nada más y no muestran su música
¿Y entonces que intentan demostrar los creadores del documental? Que en el continente también hay muchas agrupaciones que llenan estadios, que hay muchas bandas para exportar con ritmos muy interesantes, es como mostrar un catálogo de música al público anglosajón, es vender las bandas, su música, su legado, pero contar la historia del rock como tal, no, solo te muestran una parte de la realidad.
Autor:
Edgar Rivero
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