Y de repente todo se silenció a nuestro alrededor fue como si nos quitaran molestas cadenas que mantuvimos durante mucho tiempo sin que nos diéramos cuenta que allí estaban volviéndose cada vez más pesadas.
Y de repente todo se volvió oscuridad y descubrimos que allá arriba en el firmamento existían extraños focos de luz que iluminan todo ese sorprendente gran manto negro.
En la penumbra de las montañas el fuego danzaba vertiginosamente con el viento las velas y velones hicieron acto de aparición y aprendimos que no solo los santos se alumbran con ellas.
Con la complicidad de la fresca noche escuchamos risas, voces maldiciendo y ollas que pretendían ser una especie de disidentes, nos enteramos que teníamos vecinos que existían juegos de mesa para matar al tiempo y que en las páginas de un libro hay nuevos mundos.
Y de repente todo fue desconectado un silencio lleno de bullicio envolvía todo, escuchamos el murmullo de Dios su caricia a través de la suave brisa su presencia en las nubes, en los árboles, en el canto de las aves. ¡Y de repente llegó la luz! Y volvimos a nuestra triste realidad y a nuestras pesadas y aparentes eternas cadenas.
Publicado vía Facebook el 21 de Marzo de 2019.
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